Taxistas de &%$·"!/&%!!!!!!

Segunda mañana panameña, y ya anoche logré dormir mejor. Me había costado porque pese a que el departamento es top, el colchón es tan increíblemente duro que cuesta un mundo acomodarse. Y bueno, hay un delgado equilibrio entre tener el aire encendido para no morir de calor, y que no haya tanto ruido y puedas dormir (la solución parece ser apagar el de la pieza, y dejar la puerta abierta con el del living encendido).

Me fue a buscar mi jefe para llevarme a la pega, aunque creo que ya desde mañana me dejan a mi suerte…. Micros no pienso tomar ni por si acaso (las llaman “diablos rojos”, y son realmente aterradoras, ya les mostraré fotos), y francamente echo mucho de menos al transantiago y al metro. Eso de poder confiar en las micros, o de subirse al metro sin pensarlo dos veces, es impagable.

En la oficina las cosas ya andan mejor. Creo que ahora ya tengo una idea relativamente clara de lo que trata mi proyecto, y alguna vaga noción de lo que tengo que hacer. (creo)
Lo bueno de esta oficina versus la de Santiago, es que tienen un suministro constante del más delicioso café, nada que ver con la porquería con la que vendomática pretende engrupirnos. Pero lo malo, es que no tiene casino. No diré que sodexho es la maravilla, pero igual es gracia no tener que salir a almorzar, y no tener que pagar almuerzo. Acá eso si casi todos traen comida, lo que hace que a la hora de almuerzo el pasillo donde está la cafetería huela a cocinería de la vega. (asco)

Y como quienes salen (y con quienes he de salir yo) viven llenos de reuniones, hoy tuve que almorzar solita (si, pobrecita!!). Me fui al Friday’s, que está al lado de la oficina (sé que no es la idea, pero difícilmente podía ir a una picada sola, no tengo ni idea donde están!!), comí el menú, y aproveché de pechar wifi un rato con el celular, así que parecía ejecutiva superocupada en vez de loser sin amigos. Además, el iphone acá es como bicho raro… lo venden, pero nadie lo tiene. Por el contrario, TODOS, desde el gerente general al que hace el aseo y hasta las niñitas de 12 años tienen una blackberry pegada a la mano.

Pero como yo soy yo, y mi día no podía terminar así como así…. Se me ocurrió que ya era hora de dejar de usar taxis de hotel y probar con un taxi normal para volver a mi casa desde la oficina. Pero sucede que, luego de superar la primera dificultad, que era encontrar un taxi “decente”, (entendiéndose como un auto de este siglo, que se viera más o menos nice), venía el darme cuenta de que los taxistas tienen la misma maña en todos lados. Sucede que si la carrera es muy corta, simplemente no te llevan! Entonces mientras trataba de tomar un taxi, caminaba en dirección a mi casa…. Y caminé, y caminé…. En los zapatos menos adecuados del mundo, mientras buscaba una maldita tienda que vendiera hawaianas. Cuando ya me había rendido, encontré unas de esas de plástico en una vitrina, con tan mala suerte de que eran dolce & gabbanna, y valían 60 dolares!!!! No way, dignamente caminando con tacos nomás. Luego de casi una hora, llegué a mi casa, con las piernas enteras acalambradas, y transpirada hasta las orejas (tengamos en mente que todo este trecho lo hice con 36 grados de calor y ultra humedad, con chaqueta). Ahora, con un vaso gigante de coca cola, aire acondicionado y un pan con queso, puedo mirarlo en perspectiva y reirme, pero en el momento it sucked.

La lección entonces es: buscar un radio taxi que no me cobre tanto como los de hotel, y cuando quiera caminar, llevar chalas.
Hasta pronto, y sorry por no poner fotos hoy… entiendan que estoy raja!!

Tere

P.D: anoche tuve un ataque de risa de 20 minutos en el supermercado. Venden “I can’t believe it’s not butter”!! Y yo juraba que solo existía en las películas….

P.D2: agreguenme en skype!!